Uno de los principales objetivos en el proceso terapéutico es que cada persona, a su tiempo, logre un mayor
conocimiento sobre sí mismo. Ser más consciente de como eres te permitirá tener un mayor equilibrio interior,
que se reflejará en tus emociones, pensamientos, relaciones y en tus decisiones.
En los últimos años vengo trabajando en el espacio terapéutico desde la Terapia Cognitiva Conductual. Pero
¿En qué principios se basa esta línea de trabajo? ¿Por qué elegirla?
Para comenzar podemos decir que:

• La Terapia Cognitiva Conductual se focaliza en el comportamiento y la cognición.
• Es un estilo de terapia orientada hacia el presente.
• Tiende a fomentar la independencia del paciente.
• Esta centrada en los síntomas y su resolución.
• También se centra en la resolución de problemas.
•  Pone énfasis en el cambio.
• Desafía la posición del paciente, sus conductas y creencias.
• La relación terapeuta- paciente es de colaboración.
• Se trabaja con los esquemas individuales, las creencias y los pensamientos automáticos.
•  Su enfoque es didáctico.

Cuando un paciente asiste a la consulta, intentamos juntos observar y desafiar las distorsiones cognitivas.
Comenzamos trabajando sobre los pensamientos automáticos, ya que son los más sencillos de detectar.
Estos pensamientos suelen generar ansiedad y angustia en muchos pacientes porque son pensamientos
asociados a un efecto negativo o imágenes negativas. Si bien se sabe que muchos de ellos pueden originarse
en experiencias verdaderas, luego surgen espontáneamente sin ser sometidos a críticas.
Una parte del tratamiento consiste en desaprender estos pensamientos automáticos con la ayuda adecuada.
Mediante la psicoeducación del paciente y/o de su familia, y de detectar y desafiar sus interpretaciones
catastróficas podemos llegar a una reestructuración cognitiva.
Los ejercicios de exposición, la relajación, las técnicas de respiración, el aprendizaje de tareas para el hogar
son algunas de las herramientas que utilizamos en las sesiones.
Para finalizar me gustaría citar a Aaron Beck, quien decía que “Si nuestro pensamiento se empantana en
significados simbólicos distorsionados, razonamiento ilógico y mala interpretación, nos volvemos en efecto,
ciegos y sordos”.
Para generar un cambio y mucho más es que uno decide iniciar terapia… ¿Comenzamos?

Prof. Lic. Carolina Echegaray
Psicóloga UBA.
MN: 38448 MP: 98996