La adolescencia es un período de la vida en la que la confusión es el aspecto dominante. En ella se inician nuevas relaciones con los padres y también con el exterior; se produce una ruptura con el mundo infantil. Además, los cambios fisiológicos también tienen que integrarse en la vida de los adolescentes de manera que éstos puedan adaptarse a su nueva imagen corporal. Si a esto le sumamos las cambios a nivel neurológico, podríamos hablar directamente de una “psicología del adolescente”.

La terapia suele funcionar muy bien, ya que tienden a colaborar y se sienten escuchados. De la misma manera, las orientaciones terapéuticas del psicólogo generalmente son bien recibidas por los padres, que se sienten incompetentes en las actuaciones con sus hijos y encuentran en el terapeuta un apoyo para poder seguir adelante.

Acudir a un profesional de la salud mental es algo que muchas personas ni se plantean. Se tiene la falsa creencia de que las personas que acuden a terapia son personas más débiles, o que no están en plenas facultades. En realidad, muy lejos de ser así,  acudir a la consulta con un psicólogo tiene grandes beneficios para la salud, sobre todo mental del ser humano. La psicología es una ciencia que nos permite conocernos mejor a nosotros mismos. Es una oportunidad para conectar con nuestro yo interior, saber un poquito más de nuestras emociones y por tanto de nosotros mismos. No hace falta que nos pase nada grave, ni que hayamos vivido un trauma. El psicólogo nos puede ayudar de muchas maneras, incluso cuando pensamos que ni siquiera lo necesitamos.

Tal y como hacemos ejercicio físico para cuidar nuestro cuerpo, un profesional de la salud mental puede ayudarnos a trabajar nuestra alma, nuestro ser y por tanto a cuidar nuestra mente.

La terapia de pareja no sólo funciona para recuperar la relación, sino también para tener una ruptura lo menos conflictiva y dolorosa posible. De modo que el objetivo de todo es que la pareja se comunique y resuelva lo que desee resolver para sentirse mejor consigo mismo y con el otro.

La Orientación para Padres es un espacio de sostén profesional para que los mismos puedan sentirse escuchados, comprendidos y apoyados. Estos necesitan expresar sus emociones, temores, dudas, sentimientos acerca de sus hijos en un clima profesional, de confianza y empatía. Tanto los padres como el psicólogo diseñarán y construirán de forma conjunta las pautas y recursos para resolver y afrontar los cambios necesarios y saludables para sus hijos.